En poblaciones como Etiopía, Mozambique, Rwanda, Senegal y Sierra León, las mujeres son la espina dorsal de la economía y aun así suelen ser marginadas y excluidas en la toma de decisiones, negándoseles el derecho a ser propietarias de tierras y además no suelen ser tomadas en cuenta para liderar papeles en el sector económico.  

Para reducir dicho fenómeno se aplican planes y proyectos enfocados en la equidad de género, la participación femenina y motivación familiar. Uno de ellos, es el ‘Programa de Desarrollo Local con Equidad’, el cual asigna subsidios de inversión de capital a las autoridades locales, destinados a estas mujeres, al mismo tiempo que las involucra en la planificación del desarrollo local mediante actividades de concientización y desarrollo de capacidades tales como planificación y elaboración de presupuestos que sean sensibles al género, a nivel distrital (Lea también: La estrategia de Equidad de Género del PNUD Colombia).

Además de la discriminación de género, se presenta una problemática que cobija a todas estas poblaciones, la pobreza; una causa mundial de escases y muerte que es, sin duda, el enigma principal de los países en desarrollo. Por lo anterior, el PNUD, en conjunto con la ONU, obtiene recursos por parte de sus socios y embajadores para saciar el hambre y enriquecer con alimentos y elementos de primera necesidad a las poblaciones afectadas primeramente en desarrollo humano.

Angulo Sánchez en su artículo ‘Pobreza, Medio  ambiente y desarrollo sostenible’ publicado en el 2010, argumenta que “Las metas de este desarrollo alternativo deben centrarse en mejorar en todo lo posible la calidad de vida y la sociedad, en la forma que la propia comunidad lo entiende, y restablecer de algún modo la armonía con una naturaleza seriamente dañada a causa de la depredación producida por esta naturaleza artificial que es la tecnología moderna”. (Ingrese aquí y lea el artículo completo de Angulo Sánchez).

Todos los recursos obtenidos por dichas organizaciones (PNUD y ONU), se reciben  con la previa aprobación de la administración de las mismas, las cuales realizan un análisis detallado sobre cuáles son las poblaciones que requiere una adentramiento en sus problemáticas y un cubrimiento a las necesidades que si bien no son definitivas, preparan y concientizan a las personas sobre cómo obtener una mejor calidad de vida, utilizando alternativas naturales que no afecten al medio ambiente y que sean de fácil acceso.

‘Economía verde’ es una actividad de mejoramiento promulgada por el PNUD, que mejora el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y la taza de accidentes ecológicos. Este plan consiste, básicamente, en la construcción de infraestructura con materia prima 

reutilizable y cero incidente en el ambiente; se habla entonces de elementos como el icopor, el plástico, entre muchos otros que proporcionan un soporte igual de resistente que el concreto, pero menos contaminante. (Lea también: El proyecto ’20 años promoviendo la economía verde. De Río a Río’).

Según un análisis de accidentalidad ambiental del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “una economía verde sería aquella que tiene bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente incluyente”. PNUMA es una subdivisión de Naciones Unidas que propone prácticas ecológicas en las cuales prime la mejora de necesidades y la obtención de mejor calidad de  vida. (Vea también: Los planes de mejoramiento ambiental del PNUMA).

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