El periodismo es un tipo de libertad con la que quiero jugar.

Daniel Cardona

Estudiante de Comunicación Social y Periodismo. Fundación Universitaria Luis Amigó. Medellín, Colombia.

daniel.cardonaal@amigo.edu.co

No se obliga a nadie a leer, no se oprime a la gente por hablar. Hoy se condena por opinar cuando se habla sin fundamento. Desde ese preciso momento, es preferible escribir como si no pensarás, pensar como si escribieras y hablar tan elocuentemente como callas ¡Bien pueda, pase!

 

 

 

En Bangladesh, aproximadamente 54 de sus cerca de 169 millones de habitantes, viven en situación de pobreza extrema. Lo anterior quiere decir, que tres cuartas partes del país viven sin las primeras necesidades básicas suplidas y lo que es peor, su sustento diario (los recursos naturales), se ven fuertemente afectados por materiales altamente incidentes en el ambiente. Dichos elementos acaban con los pocos cultivos existentes e imposibilitan el desarrollo a futuro de otros tantos.

El PNUD y su plan ‘Alianzas Urbanas para reducir la pobreza’ buscan, por medio de la incorporación de comités para la construcción de infraestructura sanitaria (pozos y letrinas), reducir los accidentes ambientales, al mismo tiempo que generan trabajo para cerca de 2,3 millones de personas, de las que un 90% son mujeres. Esto, se ve apoyado en la idea que Nicolás Angulo Sánchez en su artículo ‘Pobreza, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible’ menciona, y es que “el desarrollo es sostenible si mejora el nivel y la calidad de la vida humana al tiempo que garantiza y conserva los recursos naturales del planeta”. (Lea también: Artículo completo de Angulo Sánchez).

El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), apoya desde hace ya varios años la labor incluyente del PNUD con una inversión cercana a los 14 mil millones de dólares. De este fondo se devenga para los proyectos de procesos sostenibles, aproximadamente, el 37% del valor total. El 63% restante se hace con cofinanciación de otras instituciones interesadas. El total de proyectos beneficiados, en su mayoría de comunidades provincianas, es de 445. (Vea también: Los proyectos de cooperación del FMAM).

Pero no toda la inversión gubernamental y del sector privado está destinada a salvaguardar la fusión ‘Sostenibilidad-Pobreza’, también identifica y actúa sobre las múltiples consecuencias que este fenómeno puede generar.

Egipto y el Pacífico son un ejemplo claro de lo anterior. En el primero se incorporó un ‘Sistema de transferencia monetaria condicionada’ que ayuda a las madres cabezas de hogar con un aporte económico mensual para suplir las primeras necesidades en el hogar. En el segundo, islas como Fiji, Cook, Kiribati, Salomón, Tuvalu y Vanuatu; fueron beneficiadas con planes de prevención para combatir el VIH/SIDA, y de colaboración médica para las personas con el virus en sus diferentes etapas de desarrollo.  De  esto se trata el desarrollo sostenible, que va desde la infraestructura hasta la intervención, y en palabras de Roberto Guimarães, “la sustentabilidad del desarrollo requiere precisamente de un mercado regulado y de un horizonte de largo plazo para las decisiones públicas”. (Para ver el artículo completo de Roberto G., ingrese aquí)

México, Etiopía, Afganistán, Medio Oriente y la región peninsular del Pacífico, son las zonas más visibles de este plan piloto del PNUD y sus diferentes proyectos de desarrollo sostenible. Estos buscan, de una manera muy adecuada, rentable e incluyente, mediar flagelos tan importantes como el conflicto armado, la violencia de género, el desempleo, la discriminación racial, la contaminación ambiental y el clientelismo de las naciones en situación de extrema pobreza, subdesarrollo y terrorismo. La inversión estimada por año, para cada uno de estos sectores es cercana a los 2 mil millones de dólares por país y 50 mil dólares por comunidad, según el reciente estudio del PNUD sobre los Indicadores de Planes de Desarrollo.